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Imagen Académicas de Doctorado en Salud Mental UdeC liderarán nuevo Diálogo Contemporáneo  

Académicas de Doctorado en Salud Mental UdeC liderarán nuevo Diálogo Contemporáneo  

Dras. Sandra Saldivia y Pamela Grandón abordarán la problemática del estigma en una segunda edición de estos encuentros, organizados por las Vicerrectorías de I+D y Vinculación con el Medio 

Este sábado 26 de noviembre, se realizará una nueva edición de la serie de Diálogos Contemporáneos UdeC, ciclo abierto a todo público organizado por las vicerrectorías de Relaciones Institucionales y Vinculación con el Medio (VRIM) y de Investigación y Desarrollo (VRID) de la Universidad de Concepción, UdeC. 

En esta oportunidad, el tema a tratar es ‘Salud mental y estigma: ¿Desafíos que perduran?’ y contará con la participación de las académicas del Doctorado en Salud Mental de la UdeC, Dra. Sandra Saldivia Bórquez y Dra. Pamela Grandón Fernández y será moderada por la Dra. Ximena Gauché Marchetti, vicerrectora VRIM. 

Al respecto, el Director del Doctorado, Dr. Felipe García Martínez, destacó que “hoy día, la sociedad ha valorado y visibilizado la salud mental en mayor medida que antes de la pandemia. De ese modo, se hace importante su estudio y la divulgación de los hallazgos, en un área en que las académicas Dra. Grandón y Dra. Saldivia han hecho relevantes contribuciones”.  

 

Transdisciplina y vocación 

La Dra. Grandón es psicóloga de la Universidad de Concepción, Doctora en Psicología de la U. de Salamanca (España) y Master en valoración de discapacidades de la U. Autónoma de Madrid. Entre sus principales líneas de investigación figuran Salud mental comunitaria, Personas con diagnóstico psiquiátrico y Estigma hacia personas con diagnóstico psiquiátrico.  

“Mi trayectoria científica”, detalla la experta, “está intrínsecamente unida a mi trayectoria profesional. Para mí es muy importante que la ciencia se vincule a las necesidades de los contextos profesionales.  Trabajé 16 años en salud mental fundamentalmente con personas con diagnóstico psiquiátrico grave, en procesos de rehabilitación desde una perspectiva de salud mental comunitaria; aprendí mucho de ellas, de lo que les pasaba, de sus experiencias, de sus percepciones, y también me di cuenta de que una de las dificultades que las personas vivían de manera bastante frecuente, y que les impedía o dificultaba integrarse socialmente era el estigma”.   

“Con el equipo de rehabilitación”, continúa Grandón, “intentamos hacer algunas cosas al respecto, pero nuestro radio de acción era más bien limitado, por ello cuando me vine a la Universidad, decidí contribuir desde la investigación a que las personas con diagnóstico psiquiátrico grave estén mejor, más integradas, y en el fondo, tengan una vida más digna.  Por esto, comencé a trabajar en estigma hacia personas con diagnóstico psiquiátrico”.   

“He trabajado”, declara, “en investigaciones ligadas a cómo se presenta el estigma hacia personas con diagnóstico psiquiátrico en diversos ámbitos, pero el foco central ha sido en la salud. Así, por ejemplo, en un proyecto Fondecyt desarrollamos una intervención que redujera el estigma hacia personas con diagnóstico psiquiátrico en el personal de atención primaria de salud porque ésta es la puerta ancha a cualquier atención en salud. Con el estigma, lo que ocurre es que la calidad de esa atención es menor y eso termina redundando en que las tasas de morbilidad y mortalidad en esta población sean mayores que en la población general”.  

“También hemos investigado sobre cómo se presenta el estigma en medios de comunicación, y actualmente estamos trabajando en dos investigaciones; una pretende probar la efectividad de una intervención para reducir el estigma en estudiantes universitarios de carreras de la salud; es importante poder intervenir antes que los prejuicios se asienten en su vida profesional, es decir trabajar con las personas cuando se están formando”. 

“La segunda”, afirma, “tiene por objetivo desarrollar un modelo comprensivo sobre cómo se presenta el estigma en la atención secundaria de salud y, particularmente, en salud mental. Uno esperaría que el personal de salud mental no presente estigma, ya que tiene contacto cotidiano con personas con diagnóstico psiquiátrico y una formación específica en esta área, no obstante, de todas maneras, se presenta”   

“Lo que estamos haciendo”, explica, “a diferencia de lo que en general se ha hecho, no es colocar el foco solamente en la persona que estigmatiza, pues el estigma no solo depende de un sujeto, sino hay muchos otros factores que influyen en que el personal de salud estigmatice o tenga prejuicios y conductas discriminatorias hacia usuarios y usuarias de salud mental, por ejemplo, aspectos estructurales y organizacionales de los centros de salud, y también aspectos más sociales ligados muchas veces a la cultura y también al modelo de atención en salud y en salud mental en particular”. 

“Por esto, queremos entender este fenómeno de la estigmatización de manera más profunda, el estudio en el que trabajamos usa metodología mixta, cuantitativa y fundamentalmente cualitativa a través de distintas técnicas. El estigma es un proceso que se da en una relación con otra persona y  está determinado por distintos aspectos, entonces cuando lo miramos desde una sola perspectiva, pierde profundidad”. 

“Preguntas válidas son”, plantea, “¿es posible que el estigma desaparezca? ¿Qué podemos hacer para aquello? ¿Cuáles son las mejores formas de relacionarnos socialmente?  Repensando las relaciones, no solamente a nivel interpersonal, sino también a nivel más social como sociedad”.  

 

Precisar los bordes: teoría y experimentación 

La Dra. Saldivia, en tanto, es Profesora Titular de la Facultad de Medicina, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental. Estudió Psicología en la Universidad de Concepción y, posteriormente, cursó un Magíster en Salud Pública en la Universidad de Chile y un Doctorado en Psicología, en la Universidad de Granada, en España.  

En investigación, fue parte del grupo de trabajo que lideró el Prof. Benjamín Vicente, quienes desde la Universidad de Concepción desarrollaron estudios epidemiológicos nacionales de trastornos psiquiátricos, en población general adulta y, más tarde, en niños y adolescentes, los que, después de un par de décadas, siguen siendo los datos oficiales con los que aún se trabaja en Chile.   

“Paralelo con eso, y asociado a mi trabajo de tesis, investigué en evaluación de servicios de salud mental y en estudios de costo – efectividad de intervenciones de salud mental para patologías prevalentes en América Latina”. En toda esta trayectoria, señala la académica, “he trabajado muy ligada a temas de salud mental en atención primaria, sobre todo en epidemiología y servicios”.  

“Desde hace unos 10 años, también he estado trabajando en prevención y promoción en salud mental, principalmente en personas mayores. Actualmente, lidero un estudio de cohorte para estudiar factores de riesgo y prevención para la salud mental de esta población”.  

“La prevención es muy importante”, sostiene la experta, “pero para poder diseñar estas intervenciones preventivas necesitamos saber sobre qué variables actuar, por eso es relevante identificar, por una parte, de qué hablamos cuando hablamos de salud mental y, por otra, que variables influyen en el resultado, como eventual riesgo”.   

Sobre el concepto de salud mental, afirma, “podemos partir desde la teoría, pero también podemos ir a estudiar qué ocurre en las personas. Y eso hemos hecho. Sobre muestras de personas mayores hemos recogido datos para realizar un análisis dimensional que nos permitan identificar, por ejemplo, perfiles de malestar y de bienestar e intentar ver cómo se distribuyen las personas y que variables se asocian a cada perfil”.    

“Cuando se habla de salud mental”, afirma, “necesitamos precisar, abrir una conversación, respecto de qué hablamos cuando hablamos de salud mental, para distinguir aquello que tiene que ver con la presencia de un diagnóstico psiquiátrico, de la presencia de síntomas y como se puede asociar eso con la percepción subjetiva de bienestar o de malestar. Y esto porque una persona puede tener un diagnóstico psiquiátrico y un buen nivel de funcionamiento en muchos aspectos de su vida. Y hay otras personas que no tienen un diagnóstico psiquiátrico y, sin embargo, tienen niveles de bienestar muy bajos, entonces ahí hay precisiones dónde es necesario investigar”.   

“Además, porque en todo esto hay variables de las personas, pero también del entorno cercano y también variables del contexto, que van modelando cómo evolucionan las personas. Y el estigma también tiene un rol relevante en muchos aspectos, principalmente en la evolución de las personas con un trastorno mental grave”. 

“La salud mental tiene una gran relevancia hoy en el discurso público”, comenta la Dra. Saldivia. “La pregunta que planteamos es si esto es un problema que va a ir siempre en ascenso o, en realidad, podemos como sociedad actuar sobre algunos determinantes sociales para que, en la medida en que podamos tener comunidades más acogedoras, menos estigmatizantes, con mayor capacidad de dar respuesta a las necesidades de los usuarios de servicios de salud mental,  en particular, y de las personas, en general, facilitemos un mejor desarrollo humano y aportemos a que estos problemas vayan aminorando”.  

El encuentro de este sábado se realizará a partir de las 11:30 horas en la Casa del Arte José Clemente Orozco de nuestra Universidad, ubicada en avenida Chacabuco 1343, Concepción.