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Imagen “Estoy muy conforme con todo lo vivido al alero del programa”

“Estoy muy conforme con todo lo vivido al alero del programa”

“Experiencias adversas en la infancia (EAI), funcionalidad familiar y severidad de la dependencia a sustancias psicoactivas en adultos jóvenes en tratamiento, desde un enfoque mixto”, se titula la tesis de Adolfo Soto Lagos, magíster en Trabajo Social y Políticas Sociales y nuevo egresado del Doctorado en Salud Mental, que imparte el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción.

“Basándome en mi experiencia en programas de tratamiento a personas drogodependientes de la red SENDA-MINSAL, siempre llamó mi atención el relato de las personas respecto a su infancia ‘herida’ y la serie de traumas que vivieron, y que en muchos casos actuaban como la principal motivación para el consumo y como posible variable mediadora de otros trastornos de salud. Descubrí que a nivel internacional se utilizaba mucho el constructo de la experiencia adversa en la infancia, y decidí recogerlo, profundizar e indagar en su concomitancia con la funcionalidad familiar y el consumo de sustancias”, comentó.

Según explicó, optó por un modelo mixto explicativo secuencial, “partiendo por una fase cuantitativa que permita indagar en la prevalencia de la experiencia adversa en la infancia y el nivel de funcionalidad familiar, hacer las correlaciones respectivas y aplicar una regresión ordinal. Desde lo cualitativo, se espera indagar en los ‘relatos de vida’ para a partir de allí encontrar ‘turning points’ o puntos de quiebre y construir el trauma infantil desde el relato de quienes no lo han vivido, e idealmente a partir de allí develar un ciclo o esquema de comportamiento del mismo”.

– ¿A qué conclusiones llegó?

Es un estudio aún en desarrollo. Sí espero demostrar que, a mayor experiencia adversa en la infancia y menor funcionalidad familiar, mayores posibilidades de una dependencia severa a sustancias psicoactivas, entre otras hipótesis planteadas.

– ¿Cuáles son sus próximos pasos?

Idealmente espero desarrollar toda una línea de trabajo y expertiz en torno al constructo de las experiencias adversas en la infancia, y poder incidir más en su consideración en el área de la salud mental y dispositivos de tratamiento. Incidir en política pública.

– ¿Qué lo motivó cursar el Doctorado en Salud Mental de la Universidad de Concepción?

Fue una decisión importante, de la que me siento tremendamente orgulloso, por ser mi alma mater y porque es un programa de calidad, único en su tipo en Latinoamérica. Ante ello, en mi caso, que ejerzo la docencia universitaria hace al menos 10 años, era un desafío personal y una exigencia el poder obtener el grado, incorporar nuevos y mayores conocimientos, y hasta ahora muy conforme con todo lo vivido al alero del programa.

– A su juicio, ¿cuáles son las principales fortalezas del programa?

Constantemente están postulando profesionales de diversos países vecinos y cuentan un cuerpo docente avalado por la universidad, con un sello y prestigio ya instalado. El programa permite incursionar en una diversidad de áreas, por cuanto la salud mental es bastante transversal a toda actividad humana.